El gobierno de El Salvador ha adquirido recientemente 104 nuevos bitcoins, elevando su reserva total a 6,206 BTC, lo que equivale a aproximadamente 656.9 millones de dólares al valor actual del mercado. Esta compra se realizó a pesar de las restricciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que había instado al país a limitar su exposición a la criptomoneda. El presidente Nayib Bukele, a través de la Oficina Nacional de Bitcoin (ONBTC), anunció la adquisición en la plataforma X, destacando que la compra de bitcoin «no se detendrá en el futuro».
La elección de seguir adquiriendo bitcoin se opone a las sugerencias del FMI, que, dentro de un pacto de 1.400 millones de dólares, había instado a El Salvador a detener la acumulación de criptomonedas y disminuir la intervención del estado en su aplicación. El acuerdo también contemplaba eliminar el requisito de aceptar bitcoin como medio de pago y dejar de usar fondos públicos en actividades ligadas a la criptomoneda. No obstante, el gobierno de El Salvador ha decidido perseverar en su plan de invertir en bitcoin, a pesar de las presiones del ámbito internacional.
La actitud del presidente Bukele ha causado una variedad de opiniones en el ámbito nacional e internacional. Por un lado, ciertos grupos opinan que invertir en bitcoin es una ocasión para diversificar las reservas nacionales y destacarse como pionero en innovación financiera; por otro lado, algunos señalan los peligros vinculados con la inestabilidad del mercado de criptomonedas y las posibles consecuencias para la estabilidad económica del país.
A pesar de las críticas, Bukele ha defendido su política, argumentando que la adopción de bitcoin como reserva estratégica permitirá a El Salvador beneficiarse de los posibles aumentos en el valor de la criptomoneda. Además, ha señalado que la compra de bitcoin se realiza con recursos que no afectan directamente el presupuesto nacional ni los programas sociales.
En el contexto global, la elección de El Salvador de seguir comprando bitcoins ha sido tema de discusión. Algunos expertos en finanzas opinan que esta táctica podría ser peligrosa debido a la naturaleza especulativa de las criptomonedas y la falta de claridad en las regulaciones que existen en varios países. Sin embargo, hay quienes apoyan la posición de Bukele, sosteniendo que diversificar las reservas es una práctica habitual entre los estados y que, a pesar de su volatilidad, el bitcoin ha experimentado un notable aumento en años recientes.