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Finanzas rusas ante la guerra: vulnerabilidades y retos estratégicos

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La economía rusa atraviesa un momento crítico, mientras el país enfrenta las secuelas financieras de la invasión a Ucrania y se prepara para la cumbre de Alaska con Estados Unidos. Los indicadores económicos muestran un estancamiento del crecimiento, caída de los ingresos petroleros y un déficit presupuestario que alcanza niveles históricos. A su vez, la inflación y las tasas de interés se mantienen en cifras extremadamente altas, mientras expertos advierten sobre un riesgo inminente de crisis de deuda.

En este contexto, Vladimir Putin, presidente de Rusia, llega a la reunión con su homólogo estadounidense, Donald Trump, con el objetivo de discutir soluciones al conflicto iniciado en febrero de 2022. La tensión es palpable: Estados Unidos ha advertido sobre nuevas sanciones a los envíos de petróleo ruso, lo que aumenta la presión sobre la economía del país. Trump, en particular, ha señalado que Rusia debería priorizar la estabilización económica frente al conflicto militar.

Un sistema financiero transformado en una herramienta bélica

El Kremlin ha convertido al sistema bancario en una herramienta para soportar la operación militar. Desde el comienzo de la invasión, se implementaron leyes que requieren que los bancos concedan préstamos preferenciales a los contratistas de defensa, con tasas de interés determinadas por el gobierno. Este método ha asegurado la liquidez en el área militar, pero ha creado un riesgo cada vez mayor para el sistema financiero en su totalidad.

El aumento del gasto militar ha sido sostenido y significativo: en 2025, se estima que Rusia gastará cerca de 172.000 millones de dólares en defensa, equivalentes al 8 % del PIB. Gran parte de este presupuesto se destina a personal militar y contratistas vinculados a la guerra, mientras que sectores civiles experimentan un crecimiento reducido o nulo.

Inflación y presión sobre los bancos

El ascenso de la inflación junto con la ralentización económica ha llevado al Banco de Rusia a elevar su tasa de interés al 21 %, siendo este el punto más elevado en más de veinte años. Esta acción ha generado presión sobre las entidades financieras, las cuales deben manejar los préstamos de guerra a bajo costo en interés respecto a los elevados costos de financiamiento de los depósitos y créditos variables.

La flexibilización de las normas de supervisión financiera para el sector de defensa ha ocultado la verdadera magnitud de la deuda corporativa. Se estima que entre 2022 y 2024 la deuda de empresas vinculadas al sector militar podría haber crecido hasta un 71 %, generando un “canal fiscal paralelo” que funciona fuera del presupuesto oficial. Economistas alertan sobre el riesgo de insolvencia generalizada si la economía no logra reactivar su crecimiento.

Petróleo, desequilibrio fiscal y amenaza de recesión

El desplome de los precios del crudo desde los 100 dólares por barril a alrededor de 60 dólares ha afectado de manera directa los ingresos federales, que dependen en un 30 % del petróleo y gas. Esta caída ha elevado el déficit presupuestario a niveles superiores a los registrados durante la pandemia, mientras el Fondo Nacional de Riqueza de Rusia se acerca al agotamiento.

El estancamiento económico y la presión sobre el gasto público han provocado alertas sobre una posible recesión. Diversos funcionarios y ejecutivos financieros han descrito la situación como una “tormenta perfecta”, reflejando la creciente dificultad de las empresas para cubrir pagos de deuda y la vulnerabilidad del sector bancario.

La cumbre de Alaska y el dilema estratégico de Rusia






Encuentro Putin-Trump

El encuentro entre Putin y Trump se desarrolla en un contexto de gran tensión. Rusia está interesada en obtener un alivio de sanciones a cambio de concesiones territoriales, mientras que Estados Unidos está evaluando nuevas acciones que podrían empeorar la crisis financiera rusa. La cumbre no solo explorará la posibilidad de establecer un alto el fuego, sino que también desafiará la capacidad de Moscú para mantener su economía de guerra y su sistema financiero en un escenario global desfavorable.


El desenlace de este encuentro puede definir si Rusia consigue sostener su táctica militar sin un colapso económico o si las presiones externas la fuerzan a una reorganización económica significativa, impactando directamente en la industria de defensa y los mercados internos.

Por Otilia Adame Luevano

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